viernes, 14 de mayo de 2010

Érase una vez...




É
rase una vez, una mami orgullosa de todos sus hijitos. Ella había tenido el placer, hacía ya años, de tener un hijo humano, y luego la vida le ofreció el sentimiento maravilloso que es el amor hacia sus hijitos peluditos.

Muchas veces se topa con gente que está en desacuerdo o que no entiende esa relación, pero ella piensa que no reconocer el afecto que se recibe de la mirada de un peludito, es como no reconocer que el agua moja.

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