Artículo extraído de: http://www.foyel.com
Es indiscutible que en los últimos años la cantidad de accidentes, entre los que se encuentran los ocasionados por mordeduras de perros peligrosos, ha crecido de tal forma, que se denominan “nuevas epidemias”. A diario, los medios de prensa solo se hacen eco de los que involucran a ciertas razas consideradas como “perros peligrosos”, generando una confusión al respecto.
Si bien es cierto que el hombre ha seleccionado características naturales de los canes para crear razas de defensa y guardia, las que por tamaño y potencia le confieren mayor peligrosidad, el factor humano es decisivo en la conducta final del animal.
Sobre las razas conflictivas existe una discusión mundial enfrentando a la escuela latina, que responsabiliza al entorno del perros peligrosos por el comportamiento del can (propone Test individuales antes de decidir su reproducción), con la escuela anglosajona, que solo atiende al aspecto genético, apoyando la prohibición de ciertas razas (como sucede en Inglaterra desde 1991).
Considero que si bien es importante la raza y el carácter de los padres, lo es tres veces más, la responsabilidad del dueño en brindarle el ambiente adecuado para educarlos a los perros peligrosos, informándose sobre las variables que influirán en su futura conducta.
Asesorándose con un Profesional que trabaje en comportamiento animal sobre sus características antes de adoptarlo, haciendo un correcto manejo del cachorro para Socializarlo, evitando la predisposición a la agresión y entrenándolo en forma adecuada (ya que un perro mal entrenado también puede ser muy peligroso), obtendremos un fiel y seguro compañero.
No hay razas que posean una agresividad innata, cualquiera puede tener una mala reacción desde un Chihuahua a un San Bernardo, las causas pueden ser las mismas, las consecuencias no.
Se debe tener presente que no todas las personas están capacitados para hacerse cargo responsablemente de un perro peligroso. Se habla de perros peligrosos pero muy poco de “dueños potencialmente peligrosos”, sobre los que se debiera legislar, identificando a ambos.
No existen razas agresivas sino perros agresivos, aquellos que no han tenido la oportunidad de crecer con alguien que les enseñe a convivir armónicamente con los que lo rodean.
Disfrutémoslos responsablemente.
Agradecemos la colaboración para la publicación de esta nota sobre perros peligrosos a M.V. Mario Miani